sábado, 7 de mayo de 2016

LOS PRIMEROS 100 DIAS de TRUMP

Hasta no hace mucho tiempo, imaginarse los primeros 100 días de mandato de Donald Trump era ocupación casi exclusiva de las publicaciones satíricas. Aunque en las comedias de la noche hayan dedicado muchas horas de televisión a hablar sobre la pátina dorada que podría adornar la Casa Blanca, el análisis de lo que verdaderamente puede llegar a hacer Trump (independientemente de lo que diga que va a hacer) ha sido tan superficial como la sección "política" en la página web del candidato republicano.
Ahora que cuenta con algunas  elecciones primarias en su haber y un mapa electoral favorable para lo que resta de campaña, la posibilidad de que el próximo 8 de noviembre este populista impredecible venza a un candidato demócrata y se haga con el poder ya no debe tomarse a la ligera.

Corte Suprema

El camino a seguir tras la toma de posesión el próximo 20 de enero se ha vuelto más claro tras la muerte del juez de la Corte Suprema, Antonin Scalia, cuyo reemplazo, tal y como querían los miembros del Partido Republicano en el Congreso, no se elegirá hasta después de esa fecha.
Trump dejó en el aire dos nombres para ocupar la vacante en la magistratura: Bill Pryor hijo y Diane Sykes. Los dos candidatos son conservadores ortodoxos, en contra del aborto y de la protección de los derechos del votante. Dan una pauta del aspecto que tendría toda la corte si Trump pudiera elegir tres vacantes más en los próximos años.
Por supuesto, no está garantizado el apoyo de los republicanos del Senado, mucho menos el de los demócratas, y es muy probable que Trump pase gran parte de sus primeros meses de mandato intentando que su candidato predilecto sobrepase con éxito las difíciles audiencias de confirmación y una posible obstrucción.

Vicepresidencia

Por lo general, se supone que un político de otra corriente tendría problemas en estas circunstancias. Esta es otra muestra del probable estilo de liderazgo de Trump: se rumorea que elegiría a alguno de sus contendientes en la candidatura para la vicepresidencia.
Si bien las primeras especulaciones se centraron en la ex gobernadora de Alaska y ex candidata a vicepresidenta, Sarah Palin; y se llegó a barajar nombres tan absurdos como el de Oprah Winfrey, o el de la ex contendiente republicana Carly Fiorina; Trump en persona se encargó de aclarar que prefiere a un político experimentado de Washington para que lo ayude a transitar por los corredores del poder.
"Aunque soy muy político, no soy un político profesional y me gustaría elegir a alguien que sí lo fuera", dijo Trump este mes en una entrevista. Su declaración bien podría estar señalando a alguno de sus rivales, como Marco Rubio o Ted Cruz, al que Trump se refiere constantemente como un "tipo inteligente".
Cruz, como tantos otros detractores, insinúa que sobre la presunta administración Trump no se puede saber nada, pese a sus espectaculares promesas de campaña de prohibir a los musulmanes, deportar a los inmigrantes y levantar un muro en la frontera con México. "La verdad es que si Donald Trump fuera elegido presidente, nadie sabe qué diablos haría", ha asegurado después de la estruendosa derrota en Nevada el martes. "Ni él sabe qué diablos haría".
La seguridad nacional centra el debate republicano, en el que Trump y Cruz evitan enzarzarse
La seguridad nacional centra el debate republicano, en el que Trump y Cruz evitan enzarzarse EFE
Pero si gana Trump no sólo los republicanos tendrán que empezar a pensar en lo impensable. Políticos de todas las estirpes tendrán que ajustarse a una nueva noción de lo que se entiende por el término disparatado.
Un ejemplo es la velocidad con que algunos hasta ahora escépticos podrían alinearse detrás de Trump una vez que entiendan que su campaña representa la ola anti-establishment y que equipara o excede a la del Tea Party, el ala ultraconservadora del Partido Republicano. Hasta ahora los legisladores rechazaban a Trump, pero esta semana ya aparecieron los primeros dos miembros de la Cámara de Representantes que lo respaldan.
Los demócratas tienen la esperanza de que un Trump candidato hace crecer las posibilidades de recuperar el control del Senado. Aunque si el balance de poder se mantiene como hasta ahora, Trump podría tener el respaldo suficiente en el Congreso como para aprobar rápidamente las propuestas menos controvertidas durante el corto periodo de idilio que disfruta todo nuevo presidente.

El muro

Esas propuestas menos controvertidas pueden incluir la del incremento en los fondos para el ejército de EEUU y la de reforzar la frontera sur con un muro continuo, aunque para conseguir que el gobierno mexicano lo pague habrá que esperar la resolución de unas tensas negociaciones bilaterales que difícilmente lleguen a buen puerto.
No es fácil que una política exterior y de inmigración más extrema pase la barrera de los 60 votos en el Senado, por supuesto, pero los demócratas podrían ver entonces cómo la práctica de gobernar por decreto se les vuelve en contra. Debido a su enfrentamiento con la oposición republicana en el Congreso, Barack Obama ha utilizado cada vez más sus prerrogativas constitucionales (algunos dirían inconstitucionales) en una gran cantidad de temas controvertidos.

Guantánamo

Para Trump sería muy fácil dar marcha atrás con los tan dilatados planes de Obama de cerrar la prisión de Guantánamo (anunciados por primera vez durante los primeros 100 días de su primer mandato). Trump quiere "llenar la prisión de tipos malos". "Guantánamo seguirá funcionando", ha dicho después de ganar el caucus de Nevada el martes.
Por algún motivo misterioso Trump pretende que los cubanos también paguen por esa instalación pero, al menos, su oposición a la decisión de Obama de acercarse a La Habana es mucho menos severa que su promesa de destruir el tratado nuclear con Irán y restablecer las negociaciones para imponer sanciones, con o sinALIADOS internacionales.       

Inmigración

Gran parte del plan de Obama para la inmigración, que ya está siendo revisado por la Corte Suprema, no solo podría ser revertida por Trump desde el primer día, sino que podría llevarse en la dirección contraria.
La situación es particularmente alarmante para los grupos que defienden los derechos de los inmigrantes. Para justificar su plan de protección a inmigrantes indocumentados que de otra manera podrían ser deportados, Obama se ha apoyado mucho en la idea de la discrecionalidad procesal.
Según Trump, el peso de la ley debería descargarse sin contemplaciones sobre los 14 millones de personas estimados como inmigrantes indocumentados. Podría resultar muy difícil bloquear legalmente las deportaciones en masa. Aunque los impedimentos políticos, humanitarios y prácticos sigan siendo inimaginablemente altos, en cuanto Trump gane la elección, la inseguridad que sentirán millones de personas que dependen de la discrecionalidad procesal para permanecer dentro del país será real.

Siria

En otros aspectos de política exterior, es probable que el presidente Trump se vea forzado a proceder con mayor cautela. A pesar de las bravatas sobre un Estados Unidos que gana de nuevo, Trump se ha mostrado un tanto tibio en la cuestión de las intervenciones unilaterales en Oriente Medio y ha demostrado afinidad con el presidente ruso Vladimir Putin, al que podría dejar solo para encargarse de reordenar Siria como a él le parezca apropiado.
Las otras promesas de atacar al Estado Islámico y al terrorismo también pueden volverse complicadas cuando el factor realidad aparezca en la conversación. Por ejemplo, una prohibición temporal de ingreso para los musulmanes que quieran entrar a los Estados Unidos podría ser imposible de sostener desde la acción judicial, incluso con una Corte Suprema del lado de Trump.

China

El punto fuerte del plan económico de Trump es el comercio. Es en este área donde el cambio podría notarse de forma más lenta o más rápida, según lo que logre hacer Obama en su último año de mandato.
Un importantísimo acuerdo comercial con Asia, casi cerrado, ya sorteó los obstáculos más difíciles en el Congreso, pero podría quedar instantáneamente en peligro si no se firma a tiempo.
Es posible que la renegociación de los términos comerciales con China, quizás el punto más sobresaliente del "t rumpismo", sea algo que ocurra a largo plazo: no hay garantías de que Beijing vaya a aceptar o de que el Congreso vaya a ratificar la reescritura de los términos.
Pero tal vez los mayores cambios lleguen simplemente con la interpretación que el mundo haga de la próxima política estadounidense si Trump gana la presidencia. Una caída en el valor del dólar el día siguiente a las elecciones de noviembre, por ejemplo, le daría a Trump la posibilidad de afirmar, quizás sin mucha convicción, que ya estaba haciendo su parte para combatir el control de China sobre la moneda.
De no ser así, una gran parte de lo que Trump representa tiene que ver con la actitud, no con acciones inmediatas. "Hacer que EEUU sea grande de nuevo" no es parte de su plataforma electoral, es un eslogan. Y es algo que el candidato afirma que puede lograr con una serie de acuerdos ingeniosos y perspicacia para los negocios, y no con políticas concretas.
Seguramente la corrupción comenzará desde el primer día, aunque para valorarla serán necesarios más de 100 días, incluso para Trump.

lunes, 21 de marzo de 2016

DA COSTA Y CUBA

Posted: 20 Mar 2016 04:45 AM PDT
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Barack Obama visitará a Cuba donde se reunirá con Raúl Castro, con quien concretará el acuerdo sobre Venezuela que seguramente ha sido adelantado por vía diplomática. El solo anuncio de que el viaje incluye este acuerdo prueba que Estados Unidos y el mundo entero tienen a Venezuela como una propiedad de Cuba, la cual decide nuestro destino. Para confirmar su condición de títere, Maduro viajó a La Habana antes de la llegada de Obama. Fue a informarse de lo que Cuba ha decidido sobre Venezuela y sobre su persona y su gobierno títere.

Le pregunto, estimado lector: ¿no siente usted vergüenza por esto? Yo sí. No creí vivir para presenciar esta humillación. Pero parece que tampoco sienten vergüenza los 112 diputados electos el 6D como oposición. Ni un solo gesto que demuestre indignación. Han podido salvar la dignidad del país y el honor de los venezolanos tomando, apenas instalados el 6-D, estas decisiones:

1.- Declaración categórica de que Venezuela recupera su independencia ante Cuba, porque sin independencia no hay República ni Constitución.
2.- Exigirle a Maduro la renuncia por títere de Cuba y si no la presenta en un plazo perentorio declararlo en estado de abandono del cargo por haberlo cedido de hecho al gobierno de Cuba y, en consecuencia, declarar su falta absoluta.
3.- Exigir la denuncia de todos los tratados y convenios con Cuba, reclamando que sean enviados a la AN para establecer las responsabilidades de quienes los hayan suscrito.
4.- Desconocer todos los tratados y convenios con Cuba que se firmen en el futuro a espaldas de la AN.
5.- Declarar que serán castigados severamente los incursos en traición a la patria por haber cedido la soberanía a Cuba.
6.- Prohibir el envío de petróleo a Cuba que no sea pagado al contado y en efectivo.
7.- Prohibir pagos a Cuba (se calculan en 14.000 millones de dólares anuales).
8.- Ordenar la deportación a Cuba de todos los agentes comunistas cubanos que están en Venezuela encubiertos como asesores técnicos y sustituirlos con profesionales y técnicos venezolanos.
9.- Declarar que el colapso de Venezuela y el empobrecimiento general de los venezolanos son el resultado de un plan cubano de hacernos y mantenernos pobres, ejecutado por los traidores a la patria, a quienes se les exigirá responsabilidad política, civil y penal.


¿Qué ha hecho la AN para liberarnos de Cuba y recuperar la independencia, y con ella el honor y la dignidad? Nada, absolutamente nada. Nos ha hecho quedar ante el mundo entero como unos sinvergüenzas eunucos, que estamos contentos con ser sirvientes de Cuba puesto que ni siquiera ganando la elección parlamentaria hacemos un gesto de rebeldía y dignidad que salve nuestra honra.

Un Cabildo de Caracas de 1810 hizo lo que AN de 2016 no se ha atrevido a hacer: romper la atadura colonial. Y decidir sobre el destino de Venezuela.

Exijamos nosotros lo mismo: repetir el 19 de abril de 1810. Reclamemos a los diputados que laven el honor nacional, recuperando la independencia. Y nos hagan sentir dignos del legado de los libertadores.

domingo, 6 de marzo de 2016

Noam Chomsky Dice


El politólogo de izquierda N.Chomsky atribuyó los fracasos de la política latinoamericana a la alta corrupción y la dependencia de las exportaciones de materias primas


Redacción La Razón
El mayor referente intelectual de la izquierda de Estados Unidos, Noam Chomsky, hizo un balance de la política en América Latina en una entrevista concedida a Jorge Fontevecchia para el portal Perfil.com.
“En América Latina, creo que el modelo de Chávez ha sido destructivo”, afirma el político y filósofo, para quien las oportunidades de desarrollo en la región se han visto nubladas por la falta de conexión con movimientos masivos populares que permitan el éxito extendido de un cambio social.
La emancipación ideológica y la integración en el continente tienen especial valor para Chomsky, pero explica que la historia ha estado llena de logros, promesas y “mucho de fracaso también”.
Noam Chomsky admite que el sistema venezolano ha estado desbalanceado desde el principio, viéndose frenado el éxito de cualquier propuesta significativa, esfuerzo o iniciativa. Los cambios instituidos en Venezuela “venían desde arriba”, añade, bastante poco relacionados con la iniciativa popular.
“La tremenda corrupción y la incompetencia del país nunca lograron liberarse de la dependencia casi total de una exportación única, el petróleo”, aseguró.
La magnitud de la corrupción también arropó a otros casos. Para el politólogo el problema en Brasil era tan grande que “el partido se desacreditó a sí mismo y ha, esencialmente, sacrificado grandes oportunidades”.
Sin embargo, Chomsky se muestra firme en la importancia global de los movimientos latinoamericanos que “ayudaron a inspirar a los movimientos en otros países” como Podemos en España, Syriza en Grecia. 

Desarrollo dependiente de China

Durante la entrevista el filósofo de izquierda mencionó lo peligroso que era reforzar las ataduras hacia China desde países como Argentina, Venezuela y Brasil.
“Las economías han dependido demasiado de las exportaciones de productos primarios gracias al crecimiento de China, lo que significa, por supuesto, la importación de manufacturas chinas baratas, que están socavando el sector productivo. Esto no es un modelo de desarrollo exitoso”.
También se expresó crítico hacia el modelo económico seguido por América Latina en los últimos años: la exportación de productos primarios sin inversión. Chomsky señala que este patrón “socava las posibilidades de desarrollo” de una economía industrial nacional.
“Las importaciones deben ser utilizadas para la transferencia y el desarrollo de tecnología en la región”, explicó el filósofo. “El problema en América del Sur siempre ha sido la falta de programas internos de desarrollo constructivo”.